Día Internacional de la mujer, una fecha con una profunda historia de lucha, de constancia, de exigencias, derechos, que se generan a raíz de las claras diferencias entre hombre y mujer de índole biológica, físico, hormonales, cognoscitivas, empíricas, culturales resaltadas por la reconocida empatía de la mujer en su interrelación en sociedad, la intuición, su fuerza dentro de su delicadeza, que hacen resaltar su perseverancia para conseguir lo que se propone con retos propios, no dejándose subestimar, y este tema aun se extiende a simplemente el respeto entre nosotros mismos como seres humanos no solo para las mujeres si no para el resto de personas con quienes convivimos con sus diferencias, resaltando sus virtudes, y apoyando para mejorar los defectos.
En mi experiencia como mujer he podido sentir ese revuelo de sensaciones, emociones, de miedos en un mundo en el que se me podía catalogar como un sexo débil, por mi clara sensibilidad, por la fragilidad, por aquellos que vulneran a la mujer y desacreditan su propia fortaleza, y pueden abusar o aprovechar de ello, he podido derribar esas barreras y continuar el camino con la frente en alto, utilizando esa sensibilidad como motor para seguir andando con la misma energía, con todos los errores y todos los conflictos que he podido atravesar, pues siento que es importante asumir tu genero, tu ser y pisar firmemente asumiendo tu existencia con la actitud, la personalidad de valerte, creer y crear un trayecto lleno de nuevas posibilidades, para una mejor calidad de vida.
Aunque hay mucho por hacer, sé que existen factores biológicos lo vuelvo a resaltar, interpersonal, de falta de valores y evolución de poder vivir en sociedad por parte de algunos hombre. En este momento en Perú, se ha acaba de aprobar una ley contra el acoso callejero, que puedo tomar como un precedente importante, si se cumple de forma que se respete al ser humano como tal, ya que he escuchado mucho a hombres quejándose por la ley, con el miedo que se utilice para casos de venganza, o por casos naturales de atracción (por dar una simple mirada), y se confunde el cortejo con la ofensa, solo quien ha crecido en Lima puede saber lo difícil que es ser una mujer andando por las calles, como debes prepararte antes de salir, vestirte, y saber que debes andar alerta en cualquier lugar, no puedo recordar cuantas veces me faltó el respeto, queriendo o tocándome sin mi consentimiento, y las barbaridades que te pueden decir afectando tu tranquilidad, es una verdadera jungla y te conviertes en la presa; pienso que la idea es reeducar a los hombres que cometen esas faltas, y poder replantear sus valores, resaltar el respeto, para la nueva sociedad en general. Rio de Janeiro mi casa en la actualidad, también sufre de ese mal, Brasil ocupa el segundo lugar en el mundo de abusos (violaciones) a la mujer, casos indignantes que pueden acontecer hasta en un ómnibus publicó, justamente hoy se realizó a ver una marcha por el respeto de la mujer, que esperemos repercuta en la sociedad, por las hijas, las hermanas, las madres que pueden o han sufrido tales atentados a su tranquilidad, y en fin la lista es larga y este es uno de los males que hay, y que espero podamos mejorar, y claramente fomentar desde casa, «los valores» como base de la educación, saber caminar en sociedad.
No puedo dejar de mencionar, yéndonos un poco más lejos, espero antes de dejar de existir, poder ver una mejora, contra los abusos que se cometen en otros continentes, que podamos intervenir en los estancamientos que en la actualidad aun siguen pasando en África, Asia… hay mucho por hacer aun, pero siempre es un avance poder decir ¡¡¡Feliz día mujer!!!, por ser entregada como madre, compañera, amiga, hermana, hija, y por qué siempre los seres sigamos soñando apasionándonos por un mundo equitativo, respetuoso, armónico.
Y también quiero resaltar y dedicar este artículo a mi madre, que aunque pude compartir solo unos años de vida con ella, siempre fue y sera una gran héroina, esa gran mujer que iba con tres hijos en brazos, sacaba fuerzas para cubrirnos del mal, y nos dio ese amor incondicional hasta el final de sus días, y a esa mujer luchadora y trabajadora que fue mi abuela mi segunda madre.